viernes, 12 de noviembre de 2010

Anoche soñé que volvía a Manderley

Quienes hayan leído el libro y/o visto la película coincidirán conmigo en que, en contadas ocasiones, una película llega a igualar e incluso a superar al libro como obra magistral, y éste es uno de esos casos.
Un verdadero best-seller de la época escrito por Daphne du Maurier

y que Hitchcock llevó a la gran pantalla en su primera película estadounidense; que, además de varios Oscar, se llevó el mérito de dar nombre a la chaquetilla de punto, que hasta entonces se había llamado chaquetilla de punto. Fue un avance, ¿no?
En cuanto al libro, prácticamente desde el principio se sabe que Rebeca, la primera esposa de Maxim de Winter, está muerta (tranquil@s que no os desvelo nada importante) Así que el libro lo narra la segunda mujer del aristócrata en primera persona. Pero en ningún momento nos menciona su nombre de pila (así que no os volváis locos/as buscando páginas adelante y atrás, como me pasó a mí, a ver si se os ha pasado por alto cómo se llama la cándida heroína) porque ese particular es crucial en la ambientación de la novela, ya que, aparte de remarcar los problemas de identidad de la joven protagonista, también realza enormemente la influencia que todavía trasciende de la fallecida en todo lo que la rodeó: su viudo y los amigos de éste, la mansión de Manderley, los criados, y el ama de llaves… La turbadora señora Danvers, para quien Rebeca es la única e irreemplazable señora de Winter.
Otra figura, sin la cual no se hubiera podido tejer la red entre el resto de personajes, es la mansión de campo de los Winter: Manderley. Durante la parte de la trama que se desarrolla bajo su techo, nos da la sensación de que la casa estuviese viva, evocando ese subgénero del terror, el de las casas encantadas; y bien pensado podría ser así, dado que Rebeca siempre estará presente, en todas las estancias, para mortificación de su sucesora, como un fantasma.
A mí sinceramente este libro me fascinó. Hasta el punto de que el siguiente que leí inevitablemente debió parecerme peor narrado y tramado, por lo que me involucré menos y apenas recuerdo cuál fue.
Esa inquitante idea de que la marcada personalidad de una mujer pueda subyugar, arrastrar y transformar la personalidad de los que estén a su alrededor… Sí, algunos me diréis que ocurre algo parecido con la Madame Bovary a la que aborrezco, pero esta última sólo ejerce ese magnetismo sobre su marido, mientras que el de Rebeca es exponencial. Y siento reconocerlo, pero el personaje invisible de Rebeca en ningún momento de la novela llega a provocarme aversión, si no más bien todo lo contrario: atrae. Como si yo fuese una más de las personas que conquistó mientras estaba viva.
Investigando por la red para buscar fotografías de la novela, encontré una entrada con muchísima información sobre el proceso de creación y rodaje de la película, con todas las genialidades que aportó Hitchcock con su visión del libro. Merece la pena leerlo, por si queréis recordarla si hace mucho que la habéis visto, o para conocer detalles interesantes, por si la queréis ver próximamente. Altamente recomendable:
http://sinopsisdelarte.blogspot.com/2008/06/breves-apuntes-sobre-rebeca-de-alfred.html


Y vosotr@s ¿tenéis algún libro de cabecera que no pudieseis dejar de leer? ¿que os influyese tanto como para que los siguientes os resultaran insulsos?

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